Los 14 Principios de la Calidad de Deming Parte 1
- Daniel Ramírez
- 4 nov 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 5 ene
Descubre cómo los principios de calidad de Deming pueden transformar la ingeniería industrial y la gestión empresarial.
La Ingeniería Industrial y la gestión de la calidad son dos áreas cruciales en cualquier empresa que aspire al éxito y a la mejora continua. Uno de los pioneros en revolucionar la visión de calidad empresarial fue W. Edwards Deming, un ingeniero estadounidense que, con sus principios, cambió para siempre la forma de entender y aplicar la calidad en los negocios. Sus ideas, aunque inicialmente ignoradas en EE. UU., fueron acogidas por Japón, ayudando a levantar su economía en la posguerra y convirtiendo a sus empresas en líderes de calidad mundial.
1. Crear constancia en el propósito de mejorar el producto y el servicio
El primer principio de Deming es claro: para alcanzar cualquier meta, es necesario un propósito constante. Esto implica que todas las acciones de la empresa deben estar alineadas hacia la mejora continua. En muchas organizaciones, la emoción por mejorar es fuerte al inicio, pero disminuye al aparecer obstáculos, lo que lleva al abandono de proyectos o cambios.
Deming sugiere que la calidad y la satisfacción del cliente deben ser el objetivo principal de la organización, guiando decisiones y estrategias. Esto solo se logra cuando la alta dirección está comprometida y transmite este compromiso a todos los niveles. No se trata solo de frases motivacionales, sino de crear un ambiente en el que cada acción apunte a la satisfacción del cliente y al fortalecimiento a largo plazo de la empresa.
2. Adoptar la nueva filosofía
Deming defiende que las empresas deben abandonar la mentalidad de que los problemas y errores son inevitables o "normales". Esta nueva filosofía implica un cambio cultural que promueve la mejora continua y la satisfacción del cliente como pilares de la organización. Además, es crucial eliminar prácticas y creencias que culpan a los trabajadores de problemas sistémicos. Por ejemplo, si un error se repite constantemente, es probable que el sistema esté fallando, no los empleados.
En Ingeniería Industrial, adoptar esta filosofía significa ver los errores como oportunidades para mejorar el sistema en su conjunto y promover una cultura de colaboración, donde cada persona, sin importar su posición, pueda proponer mejoras significativas.
3. Dejar de depender exclusivamente de la inspección
Muchos creen que la inspección masiva es la única forma de asegurar la calidad, pero Deming afirma que la inspección solo detecta los errores, sin resolver sus causas. En lugar de dedicar tiempo y recursos a revisar cada producto, Deming sugiere adoptar un enfoque preventivo: identificar y eliminar las causas raíz de los problemas.
Este principio resulta vital en la gestión de la calidad, ya que permite mejorar los procesos de manera interna. Además, promueve la creación de un sistema de control de calidad que sea consistente en toda la cadena de producción. Para los ingenieros industriales, este enfoque fomenta el uso de herramientas como el análisis de causa raíz y las gráficas de control de calidad, que ayudan a mantener estándares sin depender de revisiones interminables.
4. Acabar con la práctica de hacer negocios basados solo en el precio
Una política común de reducción de costos es buscar proveedores que ofrezcan el precio más bajo. Sin embargo, Deming advierte que esta estrategia a menudo resulta en productos de baja calidad y costos elevados a largo plazo. Según él, "el precio no tiene sentido sin una medida de calidad". Por eso, la organización debe priorizar la calidad de los insumos tanto como el precio, buscando establecer relaciones duraderas con proveedores que compartan este enfoque de calidad.
Para los jóvenes profesionales de la ingeniería industrial, este principio es clave para entender que la reducción de costos no debe ir en detrimento de la calidad del producto o servicio final. En lugar de buscar siempre el proveedor más barato, se trata de encontrar aquellos que ofrezcan el equilibrio adecuado entre costo y calidad, garantizando así la satisfacción del cliente.
Conclusión
Hasta ahora hemos explorado cómo los primeros principios de Deming buscan romper con viejas prácticas empresariales. Aunque fueron introducidos hace décadas, siguen siendo relevantes y aplicables en muchas organizaciones hoy en día. En tu empresa, ¿qué tan presentes están estos principios? ¿Cuál crees que deberían implementar para mejorar la calidad?
Déjanos tus comentarios y comparte tus experiencias. Y si quieres saber más sobre Ingeniería Industrial y la gestión de calidad, ¡suscríbete al blog para no perderte la segunda parte de esta serie sobre Deming!
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